Nos referimos a la Inmaculada «de Soult», del pintor sevillano Bartolomé Murillo, un cuadro que salió de España al final de la Guerra de la Independencia. Su nombre se debe a que fue precisamente el mariscal francés Jean-de-Dieu Soult quien la robó del Hospital de los Venerables de Sevilla. El cuadro formó parte de su colección personal y a su muerte fue subastado y adquirido por el Museo del Louvre. Ya en el siglo XX, el gobierno español llegó a un acuerdo con el francés para intercambiar varias obras, una de las cuales fue esta Inmaculada que no volvió a Sevilla, sino al Museo del Prado donde se encuentra actualmente. Hoy se la prefiere llamar «Inmaculada Concepción de los Venerables».