El Museo de la Trinidad


Se suele decir que el Museo del Prado tuvo su origen en las Colecciones Reales, es decir, en las colecciones que tenían nuestros reyes en sus palacios y lugares de descanso. Lo anterior es cierto, el Museo se inauguró con obras cedidas por el entonces rey de España, Fernando VII. Dicha colección se remontaba, al menos, hasta la época de Carlos V y había pasado, con sus más y sus menos, de unos a otros reyes como herencia. Sin embargo, no debemos olvidar que otra parte del gran patrimonio artístico que posee este museo proviene del Museo de la Trinidad.

El origen de las obras del Museo de la Trinidad estaba en la desamortización de los bienes de la Iglesia llevada a cabo por esos años. Cientos de obras religiosas fueron confiscadas por el Estado. Muchas fueron subastadas con objeto de ingresar dinero en las arcas públicas y otras depositadas en dicho convento con la intención de formar un museo.

El Museo de la Trinidad se inauguró en 1838, bajo la regencia de la reina viuda María Cristina (1806-1878), y se clausuró en 1872, pasando sus fondos al Museo del Prado. Su verdadero nombre era Museo Nacional de Pintura y Escultura y se situaba en el exconvento de la Trinidad Calzada, un edificio que ya no existe.

Entre las obras más importantes que atesoraba estaban pinturas de Pedro Berruguete, Juan Bautista Maíno, Vicente Carducho, Claudio Coello, el Greco o Goya.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *