¿Y si usted quiere hacer una copia?


Una de las misiones que vienen cumpliendo los museos desde su invención en el siglo XIX es el permitir a los artistas hacer copias de las obras maestras. Al parecer, la cifra de copistas en el Museo ha ido descendiendo en los últimos años, pese a ello, no es extraño encontrarnos con algún copista durante la visita.

A este respecto, el Museo del Prado tiene su propio reglamento [1] del que vamos a comentar sus aspectos más curiosos.

En primer lugar, advertir que el servicio de copias no es gratuito. En el mejor de los casos, si los copistas son alumnos de Bellas Artes, una autorización anual junto con el permiso para realizar una copia costará 45 €; en el peor, la tarifa general, costará 130 €. Aunque el permiso es anual, el tiempo para realizar la copia está limitado a 6 semanas. Además, la solicitud debe acompañarse de una recomendación de un profesor de Bellas Artes que garantice «[…] la calidad y honorabilidad del visitante».

En segundo lugar, es importante conocer que también hay restricciones acerca de las medidas de las copias. Por ejemplo, la reproducción no puede tener las mismas dimensiones que el original, sino que debe ser, al menos, cinco centímetros menor y, en ningún caso, mayor de 1,30 m.

En cuanto a los materiales y herramientas, es el propio Museo el que dispone el caballete. El resto de los materiales (pintura, pinceles, etc.) corre a cargo del copista. En este sentido, es necesario también colocar en el suelo un hule que debe ser plastificado, de color oscuro y de entre 1 y 1,5 m2.

Por último, es útil saber que no todos los cuadros se pueden copiar. En las salas o lugares de paso con gran afluencia de público no están permitidas las copias. A pesar de eso, sabemos que se han hecho excepciones como la copia de «El jardín de las delicias», el cuadro de El Bosco que es una de las atracciones principales del museo. Tal y como cuenta un exvigilante de salas, Francisco Martín Ortiz, en uno de los videos de «Las voces del Prado»[2], una artista japonesa realizó la copia de la tabla del pintor flamenco y tardó cinco años en acabarla.


[1] El Reglamento en el que nos hemos basado para la redacción de este artículo (Reglamento para los artistas copistas en el Museo del Prado) no lo hemos encontrado en el sitio web del Museo del Prado, sino tras una búsqueda general en la Web, posiblemente porque sea un documento interno.

[2] https://www.museodelprado.es/recurso/de-1989-a-1994-copiando-el-emjardin-de-las/88cd9e91-ebac-463b-becd-a17c871c979a


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